Los ecommerce parecen haberse presentado como la salvación a los tiempos de pandemia. Mucho antes de que el nuevo coronavirus marcara el devenir de la sociedades de nuestro tiempo, se hacía necesaria la digitalización, es decir, el desarrollo de negocios en Internet. Se vendían por activa y por pasiva sus ventajas: la mejora de la experiencia de los clientes, la atracción del talento, el aumento de la productividad y del volumen de negocio o las posibilidades de adaptación a los cambios. Pero, como en mayoría de casos se necesitaba inversión, muchas pequeñas empresas y autónomos se mostraban reticentes.
Ahora la situación ha variado por completo. El cierre obligatorio que provocó la crisis sanitaria, y sin estar seguros de que no se vaya a producir un nuevo confinamiento en el futuro, instó a la búsqueda de alternativas. Fue entonces cuando Internet sí se convirtió en la salvación, y muchos se lanzaron a la creación de tiendas online para intentar sacar partido a ese aumento de las ventas vía web que se estaban registrando. Hablamos tanto de tiendas tradicionales llevadas a Internet como el dropshipping y otras fórmulas para vender productos de terceros sin tener que almacenar stock ni ocuparse de los envíos.
El aviso legal
El aviso legal es el apartado que indica al visitante datos relacionados con el responsable y con el funcionamiento de la página web. Su inclusión es obligatoria en virtud de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, la que frecuentemente vemos acortada con las siglas LSSI.
Debe contener información relevante y en un lugar visible y bien accesible: nombre o denominación social, datos de contacto (domicilio, correo electrónico, teléfono o fax), número en el Registro Mercantil, NIF, datos concernientes a la autorización administrativa si procede, pertenencia al colegio profesional en caso de que sea necesario, tratamiento de datos personales y derechos del usuario en torno a ellos y otra información que se considere relevante. En este último apartado se pueden incluir, por ejemplo, las condiciones de uso de la web.
La página web o blog de una empresa, los sitios que tengan publicidad o las páginas que alberguen plataformas para el comercio electrónico deben contener el aviso legal. Hay plantillas y modelos para crearlo pero, en caso de duda, se recomienda contactar con un abogado.
La política de cookies
Las webs, sobre todo las que pretenden vender, recopilan información de navegación que luego será útil para, entre otras cosas, aplicar algunas prácticas de optimización. Pero siempre deben informar a los usuarios de lo que hacen y cómo lo hacen, y dado que una de las técnicas más recurrentes son las cookies, hay un apartado específico para ellas.
Su inclusión se hace en cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos, además de la mencionada LSSI. Es obligatorio incluir un faldón o ventana emergente inferior que indique que la web utiliza cookies, con los correspondientes botones para que el usuario pueda aceptar, prestando así su conocimiento, o informarse con más detalle. Esa opción llevaría al apartado específico donde se explica la política de cookies.
Cuanto más completa esté, mejor. Hay que explicar qué es una cookie y qué no es para evitar confusiones, qué información almacena, qué tipos existen, cuáles utiliza la web o cómo eliminarlas.
Los datos de contacto
Irán incluidos, decíamos, en el Aviso legal. Sin embargo, los webmasters suelen disponer un apartado más directo y personal. En él insisten en sus productos y servicios y en cómo pueden ayudar, para después incluir un formulario de contacto y enlaces a los perfiles en redes sociales.
Dado que se están recopilando datos del usuario, es preciso avisar del cumplimiento de la Reglamento General de Protección de Datos y explicar quién es la persona responsable de los mismos, qué finalidad se persigue con su recopilación, cómo se produce la legitimación para manejarlos, quiénes son los destinatarios y qué derechos tiene el usuario sobre ellos.
La política de privacidad
Aunque hemos puesto como ejemplo específico el apartado “Contacto”, lo cierto es que tales aclaraciones se deben hacer en todos las secciones en las que se pida alguna información concreta a los usuarios. Sucede también en una venta o al momento de que se suscriban a las newsletters, por poner ejemplos. En todos estos casos, decíamos, hay que incluir enlaces a la política de privacidad.
Pero, ¿qué debe contener esta? Se trata de una declaración en la que la web explica qué datos personales recopila, cuáles son sus principios, quién es el responsable de su tratamiento, por qué vías se obtienen los datos (incluyendo las cookies) y cómo puede el usuario hacer valer sus derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación, oposición o portabilidad. Además, claro, explicará la finalidad del tratamiento de datos.
En la política de privacidad también se incluye el tiempo durante el que serán guardados los datos, los destinatarios a los que se hará llegar y si también cumplen con la normativa vigente en la materia (el hosting, la plataforma web, la de email marketing, etc.) y otra información relevante.
Hemos mencionado algunos de los textos legales que rigen la actividad de un ecommerce, pero no son los únicos. La Ley de Ordenación del Comercio Minorista y la Ley de Consumidores también intervienen en su actividad, a lo que suma la necesidad de tener la fiscalidad al día.
Fuente : https://www.lawyerpress.com/2020/06/18/aspectos-legales-de-un-ecommerce-los-apartados-que-debes-incluir/